Pasifloro es elegido para ser guardián de la naturaleza, por lo que se achica hasta el tamaño de un saltamontes. Llega hasta una planta habitada por diversos insectos que le hablan de los problemas causados por la falta de cuidado de una niña. Pasifloro entiende cómo funciona la naturaleza y como la falta de agua altera el ecosistema del que forman parte. Este libro transmite dos ideas importantes de sembrar en el mundo infantil para contribuir a un cambio profundo y necesario para la supervivencia de la vida en nuestro planeta. La primera es que todo está interconectado en la naturaleza: el daño en una parte del sistema altera las otras partes o el sistema completo, afectándonos a nosotros mismos. De esta idea se desprende la segunda: la naturaleza hay que cuidarla, lo que es una tarea colectiva, de todos los habitantes del planeta. Para esto es elemental promover en los niños el asombro por lo que les rodea y el interés por explorarlo.